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lunes, mayo 03, 2004

EN DEFENSA DE LA LIBERTAD DE PRENSA

"RED MUNDIAL DE PERIODISTAS CONTRA EL CRIMEN ORGANIZADO Y LA CORRUPCION"



Por Rafael Jiménez Claudín

En el año 2004 de nuestra civilización, los ciudadanos de una tercera parte de los países del Mundo nos beneficiamos de una libertad de prensa avanzada que se sustenta en preceptos legales y desarrollos normativos difíciles de conculcar, y que además ofrecen garantías para hacer caer el peso de la Ley sobre quienes atenten contra esta libertad fundamental para el sostenimiento del sistema democrático, en el que las diferencias hay que sustanciarlas con la palabra.
En las otras dos terceras partes de los países de la Tierra la situación es bien distinta y es necesario recordar periódicamente la universalidad que se pretende para los derechos fundamentales de las personas, y de entre ellos hoy toca recordar el que establece que todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión, que este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

Cada 3 de mayo, Reporteros Sin Fronteras (RSF) hace público el resultado de sus investigaciones sobre la ausencia o la vulneración de los principios de la libertad de prensa, país a país, junto a un análisis de los orígenes, efectos y causas, que este año resulta desolador porque en los últimos doce meses ha habido más periodistas muertos, más periodistas agredidos, más periodistas encarcelados y más medios de comunicación censurados; y porque las sombras que se ciernen sobre el derecho a recibir una información veraz han alcanzado a países democráticos de Europa y América que hasta ahora habían quedado fuera de toda sospecha.

Pero, con toda la gravedad que tiene el que se produzcan hechos denunciables en países democráticos, los problemas que tienen que movilizar las conciencias en mayor grado vienen de la mano de una especie que ya se conoce mundialmente como depredadores de la libertad de prensa, de la que forman parte cabecillas de grupos armados que pervierten religiones e ideologías para justificar sus acciones, ejercen como dictadores en países económicamente atrasados o en vías de desarrollo, presiden estados que presentan fachadas democráticas, son guías iluminados de presuntas revoluciones o altos cargos de países en los que tienen poder para encarcelar, secuestrar, torturar e incluso asesinar a periodistas con garantías de impunidad.
Situaciones de este tipo se producen incluso en países que pretenden ingresar en la Unión Europea, mientras que en los Balcanes y en los países de la antigua Unión Soviética, Rusia incluida, la situación de la libertad de prensa sigue siendo frágil cuando no de censura total, y el acoso jurídico se ha convertido en una herramienta eficaz para impedir que la prensa independiente, y la de la oposición, ejerzan su papel de contrapoder.
Los problemas citados en Europa nos afectan por la proximidad, pero también nos hiere, por afinidad, lo que sucede en el continente americano, donde junto a una generalidad de países donde se respeta formalmente la libertad de prensa, aunque necesitan todavía reformas legislativas que ofrezcan mayores garantías, sobre todo para frenar la impunidad, aparecen otros, como Cuba, Colombia o Haití, donde se ha ejercido de forma contundente la violencia contra los periodistas hasta el punto de que gobernantes o cabecillas de grupos armados figuran de forma destacada en la lista de los depredadores de la libertad de prensa, por agredir, encarcelar o asesinar a periodistas.
Cambiando de continente, la libertad de prensa aparece muy amenazada en Oriente Medio, circunstancia que se produce por la concurrencia de varios factores como la carencia de medios de comunicación independientes, una amplia autocensura de los periodistas en varios países, las secuelas de la guerra en Iraq y el día a día del conflicto palestino israelí, sin olvidar que la República islámica de Irán continúa siendo la mayor cárcel de Oriente Medio para los periodistas.

No obstante, se ha producido un atisbo de esperanza en países como Sudán, Marruecos, Argelia o Túnez, donde se han promulgado decretos presidenciales o reales a favor de la libertad de prensa, aunque todavía condicionados por las facultades coercitivas que mantienen las fuerzas de seguridad.
Con doscientos periodistas detenidos en 2003 Asia se convirtió el pasado año en la mayor cárcel del mundo para los profesionales de la información. Los regímenes comunistas, las dictaduras militares y líderes religiosos han actuado con suma dureza contra los periodistas que reclaman libertad de expresión. Al tiempo, en toda Asia existe una gran tendencia al desarrollo de los medios de comunicación independientes, especialmente electrónicos, y los periodistas están adoptando las nuevas tecnologías de la información, aunque sufren una gran violencia en países donde impera la impunidad en las agresiones y se mantienen leyes que permiten la censura.

2003 tampoco fue un buen año para el continente africano, en el que se produjeron asesinatos de periodistas, se multiplicaron las detenciones y en varios países la prensa independiente se encuentra en vías de desaparición debido a la presión de los ejércitos regulares, los numerosos movimientos rebeldes o las milicias que actúan en esos países, que practican el control de la información y hacen que resulte muy peligroso cubrir un conflicto en África, así como la subsistencia de la prensa independiente, problema que fuerza a su vez el éxodo de periodistas africanos.

Uno de los hechos más significativos en relación con la prensa en África ha sido la condena de unos periodistas por incitar al asesinato y a la violencia, en sentencia dictada por el Tribunal Penal Internacional para Ruanda (TPIR), tras varios años de instrucción y procedimiento para establecer la responsabilidad de algunos medios de comunicación en la muerte de varios cientos de miles de personas.

Una vez contrastado el dato de que la libertad de prensa no está garantizada en las dos terceras partes del mundo surge la pregunta de qué se puede hacer para variar sensiblemente esta situación, y la respuesta es fácil: hay que promover una participación material de personas, asociaciones, partidos políticos e instituciones, en actividades que signifiquen una denuncia de las múltiples situaciones de pérdida de libertad de prensa e información en el Mundo.

En RSF colaboramos para ello con distintas iniciativas: elaborando la lista de predadores de la libertad de prensa, promoviendo el apadrinamiento de periodistas encarcelados, poniendo abogados a disposición de los periodistas agredidos y de las familias de periodistas asesinados, presionando para reforzar las legislaciones en esta materia, reclamando de los gobiernos democráticos la exigencia de una verdadera libertad de prensa y de expresión en los países que pretendan beneficiarse de las ayudas para el desarrollo.

En RSF hemos tenido la satisfacción de ver como, en poco más de cinco años, la percepción mundial de que hay que luchar por la libertad de prensa y la libertad de expresión como uno de los derechos básicos de los pueblos ha calado en las sociedades más desarrolladas, y esta toma de conciencia internacional va pareja a la sensibilización en el ámbito nacional en la mayoría de los países democráticos, en los que las principales asociaciones de periodistas están dando pasos en el sentido de aportar recursos y ocasiones para este debate.

Como conclusión, desde Reporteros Sin Fronteras hacemos una invitación encarecida para que el conjunto de la sociedad evalúe, medite y preste su apoyo para que se pueda erradicar esta lacra de la libertad de prensa y la libertad de expresión encarcelada o asesinada.

Publicado en ABC el 3 de mayo de 2004.