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Fecha: 28-feb-2008
Hora: 8:30
Español/English/Français
Reporteros sin Fronteras
Comunicado de prensa
28 de febrero de 2008
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Reporteros sin Fronteras hace un llamamiento a las autoridades gubernamentales, y en particular al Ministro del Interior, para que extremen la vigilancia tras las recientes amenazas de muerte dirigidas a Miguel Ramírez, del diario El Comercio, de Lima. Aparte de las advertencias telefónicas, el 22 de febrero el periodista fue acusado de "extorsión" por Luis Dávila, denunciado y encarcelado por tráfico de droga y acusado de estar a sueldo del jefe de cartel Fernando Zevallos.
"Miguel Ramírez lleva más de diez años investigando las actividades de Fernando Zevallos. El hecho de que ahora se encuentre en la cárcel no impide que sus redes sigan funcionando. Atreverse a atacar el tema del narcotráfico resulta peligroso para los periodista. La situación de Miguel Ramírez, y con él la de la redacción de El Comercio, exige la mayor vigilancia de parte de las autoridades gubernamentales competentes. Esperamos que la justicia aclare rápidamente esas acusaciones de 'extorsión', claramente esgrimidas para desacreditar al periodista", ha declarado Reporteros sin Fronteras.
"Después de tiempo he vuelto a sentir que me están vigilando otra vez", dijo Miguel Ramírez a Reporteros sin Fronteras el 27 de febrero de 2008, refiriéndose a los narcotraficantes. Cinco días antes, el periodista recibió dos llamadas telefónicas en la sede del periódico, advirtiéndole que "el próximo descuartizado será el perro Ramírez". El periodista estableció inmediatamente una relación entre las amenazas de muerte y el descubrimiento, dos semanas antes, de dos cadáveres desmembrados. Una de las víctimas era primo de un testigo de cargo - por otra parte encarcelado - contra Fernando Zevallos, ex propietario de la compañía de aviación Aerocontinente y sospechoso de ser el más poderosos de los jefes de carteles de droga en el país.
En la mañana del 22 de febrero Miguel Ramírez se encontraba en Huamanga, en la región de Ayacucho (Sudoeste), donde tenía que entrevistar en la cárcel a Luis Dávila, un hombre acusado de trabajar por cuenta de Fernando Zevallos. Luis Dávila, que había prometido a Miguel Ramírez declarar en contra del jefe del cartel, se retractó finalmente cuando llegó el periodista y, delante de dos agentes penitenciarios, le acusó de intentar extorsionarle dinero. Llamado al lugar, el fiscal Oscar Núñez manifestó que no había nada que apoyara esa acusación. "Era una celada tendida por el narcotráfico, no tengo ninguna dudas que se trata de una celada", ha confiado Miguel Ramírez a la organización.
Desde 1995 el periodista investiga el caso Zevallos. En 2004 ya recibió amenazas de muerte, y denuncias por "extorsión". En 2007, la Corte Suprema de Perú confirmó la condena de Fernando Zevallos a veinte años de cárcel, por "tráfico de drogas" y "lavado de dinero".
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PERU
EL COMERCIO REPORTER THREATENED BY DRUG KINGPIN'S HENCHMEN
Reporters Without Borders appealed today for more vigilance from the authorities, especially the interior ministry, following telephone threats against Miguel Ramírez of the Lima-based daily El Comercio. Ramírez was also accused of "extortion" on 22 February by Luis Dávila, a detainee charged with drug trafficking who is believed to be in the pay of convicted drug kingpin Fernando Zevallos.
"Ramírez has been covering the activities of Fernando Zevallos for more than 10 years and the fact that Zevallos is currently in prison does not prevent his networks from operating," the press freedom organisation said.
"It is dangerous for journalists to cover drug trafficking. Ramírez's situation and that of the entire El Comercio staff require more vigilance from the relevant authorities," the organisation added. "We also hope the judicial authorities will quickly shed light on these extortion allegations, which were clearly made with the aim of discrediting Ramírez."
Referring to drug traffickers yesterday in a phone call with Reporters Without Borders, Ramírez said, "I have for some time had the feeling that they have begun watching me again." Five days ago, he got two calls at the newspaper warning that "the next one to be ripped apart will be this dog Ramírez." He said he immediately linked this to the discovery two weeks ago of two dismembered bodies. One of the victims was the cousin of a detainee who is a prosecution witness against Zevallos.
Ramírez arranged a meeting on 22 February with Dávila in the prison where he is being held in Huamanga, in the southwestern Ayacucho region, because Dávila had promised to give him information implicating Zevallos, his alleged boss. But when Ramírez arrived for the meeting, Dávila backed down and, in the presence of two prison guards, accusing him of trying to extort money.
A prosecutor, Oscar Nuñez, who was summoned to the prison, said there was no evidence to support Dávila's accusations. Ramírez told Reporters Without Borders: "This was a trap set by the drug traffickers, I have no doubt about that."