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martes, mayo 27, 2014

1 de mayo, Día del Trabajo: POR LA UNIDAD Y SOLIDARIDAD DE LOS TRABAJADORES-PERIODISTAS



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1 de mayo


La Asociación Nacional de Periodistas del Perú (ANP) considera que una sociedad justa puede ser realizada solamente en el respeto de la dignidad trascendente de la persona humana. Por eso reafirma que el trabajo que realiza ella es la clave de toda cuestión social en el país. El trabajo humano tiene primacía sobre cualquier bien material de carácter dinerario. En ningún caso la persona humana puede ser instrumentalizada para fines ajenos a su realización. Por esta razón, ni su vida, ni el desarrollo de su pensamiento, ni sus bienes, ni cuantos comparten sus vicisitudes personales y familiares pueden ser sometidos a injustas restricciones en el ejercicio de sus derechos y de su libertad.

Más aún, la ANP demanda a los Poderes del Estado y a la propia comunidad civil que asuman la responsabilidad que les corresponde para evitar que una restricción de la libertad o cualquier otra carga impuesta a la actuación de los ciudadanos, lesione la dignidad personal. Quienes gobiernan deben de garantizar el respeto a los derechos humanos, quienes entregaron su confianza a los mandatarios, deben permanecer alertas para que no sean violados los mismos. Para ese logro es menester que la Nación, conformada en su inmensa mayoría por el pueblo trabajador, cuente con nuevas políticas y orientaciones económicas, con una eficaz reforma del Estado, que haga factible el imperio de la justicia en las relaciones sociales y que afirme una cultura de convivencia armoniosa, con valores y principios como ejes de una sociedad de personas libres e iguales en derechos.

Este 1 de Mayo, en consecuencia, es oportunidad trascendente para que los periodistas trabajadores sigamos con esa prédica. Tal nuestro compromiso diario y constante. Allí no hay lugar para el indecisión, el desaliento o la fatiga. Más aún cuando somos testigos y, al mismo tiempo, protagonistas de cómo se sigue degradando el trabajo humano, del hombre y de la mujer que trabajan o que no trabajan por la falta de oportunidades de empleo digno. Todo ello por el avance prepotente y el empoderamiento absoluto de las políticas neoliberales y monetaristas que privilegian en términos absolutos el imperio del dinero y de la especulación, la vigencia de relaciones sociales injustas y de empleo en donde el ser humano ha dejado de ser tal para convertirse en un objeto más del mercado. La intronización del individualismo materialista como norma de vida y de comportamiento, se traduce en desprecio por todo lo que es humano y social. De allí el desconocimiento y las violaciones constantes a la justicia y a la solidaridad.

Ante ello, nuestro gremio conformado por trabajadores asalariados y autogestores, con presencia indiscutible en todas regiones del territorio peruano, que a diario buscan la información veraz, que interpretan los hechos de interés ciudadano y que orientan con opinión responsable el andar de la comunidad nacional, hace recordar a quienes cuentan con una cuota de poder político que no vendan ni hipotequen sus conciencias. El Perú de hoy, con un tercio de su población en situación de miseria, deja constancia que los auténticos cambios son efectivos y duraderos sólo si están fundados sobre un cambio decidido de la conducta personal. Por eso les exige que no insistan en ser cómplices de actos que resultan atentatorios a las necesidades del pueblo trabajador. Que no permitan que alguien, más temprano que tarde, escriba la novela de sus vidas, presentándolos como personajes que se prestaron para que el trabajo humano pierda todo su valor y toda su dignidad, todos sus derechos y todo su protagonismo.

Pero más allá de lo señalado, ésta es una fecha de recuerdos memorables, que nos convoca a fortalecer los lazos de confraternidad entre trabajadores por encima de credos religiosos o ideas políticas. En tal sentido le corresponde a la ANP, con sus 85 años de ejemplar e ininterrumpida trayectoria, rendir homenaje a los compañeros y a las compañeras que en la capital como en las provincias del interior ofrendaron sus vidas por la libertad de prensa, que luchan hoy porque la información como derecho del pueblo, no sea objeto de atropellos ni de silenciamientos. Esther Valenzuela y Rosario Romaní, en Ayacucho, Glenda Mello y Lenin Quevedo, en San Martín, Rudy Huallpa, en Puno, Silvestre Juárez en Chiclayo, Yofré López, en Barranca, son auténticos paradigmas de ese periodismo honesto y libre, que no se arredra ante la prepotencia ni la soberbia de quienes conviven con la delincuencia, la corrupción, el prevaricato. Para ellas y ellos nuestro firme respaldo institucional y nuestra inquebrantable decisión de compartir las mismas trincheras del periodismo digno. De la misma manera nuestro aliento y adhesión para las compañeras y los compañeros que en este año 2014 han sido objeto de agresiones, amenazas de muerte y querellas infundadas.

Que la unidad y la solidaridad nos sigan acompañando. La unidad como medio, la solidaridad como fin. Tal nuestras armas para decir con firmeza un no rotundo a la intolerancia, al crimen organizado, al terrorismo y su aliado el narcotráfico. Que la unidad y la solidaridad continúen siendo práctica anepista para denunciar y lograr la sanción de jueces venales y de funcionarios corruptos. Todos ellos enemigos de la libertad de prensa.

¡Viva el 1 de Mayo como símbolo de unidad!
¡Viva el 1 de Mayo como emblema de solidaridad!

BURÓ ANP