PES.- Human Rights Watch (HRW) se ha dirigido al Gobierno de Marruecos para que levante la prohibición contra algunos periodistas que trabajan para medios extranjeros y cuya cobertura informativa desagrada a las autoridades por el enfoque del conflicto en el Sáhara.
En 2010, el gobierno canceló las operaciones de Al Jazeera en Marruecos después de retirar la acreditación a siete de sus periodistas, y prohibió a una corresponsal española con sede en Rabat trabajar en territorio marroquí. El gobierno tampoco acredita al corresponsal del periódico marroquí Al-Quds al-Arabi, con sede en Londres.
En cada caso, la decisión de revocar la acreditación parece haber sido motivada por la insatisfacción del gobierno con respecto a la cobertura del conflicto en el Sáhara Occidental, sobre el que Marruecos reclama la soberanía.
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Khechana Rashid, jefe de información para el Magreb de Al Jazeera, dijo a HRW que las autoridades marroquíes se habían quejado en repetidas ocasiones a la cadena sobre la cobertura del Sáhara Occidental, acusando a sus reporteros de conducta partidaria a favor del Frente Polisario, y desde octubre de 2010, los equipos y los periodistas de Al Jazeera ya no puden producir informes desde dentro de Marruecos o el Sahara Occidental controlado por Marruecos.
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"Mientras el Rey Mohammed VI promete reformas radicales incluyendo una mayor protección de los derechos humanos, Marruecos no debe seguir el mal ejemplo de los gobiernos árabes que prohíben Al Jazeera", ha declarado Sarah Leah Whitson, directora de División de África Oriente Medio y Norte de HRW.
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Las restricciones a la prensa extranjera se producen al tiempo que se acota el espacio para los medios de comunicación independientes en Marruecos. Desde enero de 2010, tres publicaciones marroquíes críticas con el gobierno han cerrado, las víctimas de las dificultades económicas debido en gran medida a la presión política. Estas publicaciones son el semanario francófono Le Journal Hebdomadaire, el semanario árabe Nichan y el diario árabe al-Jarida al-Oula.
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Cientos de periodistas de los medios de comunicación, incluidos los de las estaciones de televisión y agencias de noticias del estado, se manifestaron en Rabat y Casablanca el pasado 25 de marzo para exigir, entre otras reclamaciones , una mayor independencia editorial.
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Un periodista que no esté acreditado no puede asistir a convocatorias hechas por el gobierno, como conferencias de prensa, y puede ser arrestado si cubre actos públicos. Los periodistas no residentes en Marruecos pueden ver rechazada la posibilidad de trabajar circunstancialmente en este país.
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El 1 de abril, el ministerio marroquí de Comunicación ha renovado la acreditación del corresponsal de Al-Quds Al-Arabi, Mahmoud Maarouf, pasados tres meses de la expiración de su acreditación a finales de 2010.
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El 25 de marzo de 2011, el departamento de Comunicaciones autorizó la acreditación de Brousky Omar, un periodista de la Agence France-Presse (AFP), que se le había negado durante casi un año. AFP había contratado a Brousky, un ciudadano marroquí, en marzo de 2010 para trabajar en las oficinas en Rabat y este restraso de diez meses le ha impedido presentar informes y firmar los artículos.
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"Marruecos es el hogar de muchos corresponsales que trabajan para medios de comunicación extranjeros," dijo Sarah Leah Whitson: "Sin embargo, la libertad de prensa se mide menos por el número de acreditaciones concedidas que por la tolerancia para con los autores de los artículos cuyo contenido desagradó a las autoridades. "