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sábado, enero 08, 2011

Libertad de prensa en Ecuador: la ‘auditoría social’ pone a los medios de comunicación en la mira .

PES ..AR (Andes).- El contexto de la comunicación en Ecuador cambió en los últimos años, coinciden analistas y comunicadores, que valoran como el surgimiento de medios de comunicación de carácter público ha sometido a las grandes empresas de prensa –tradicionalmente influyentes al punto de contribuir a la caída de varios gobiernos- a la evaluación permanente de la gente.

Existe una virtual auditoria social en el país, situación que incomoda a un gran número de periodistas otrora acostumbrados a ser “referentes morales” y a torcer, de acuerdo a las conveniencias, la opinión pública, señalan varias fuentes informativas.

“En este momento los medios de comunicación y el periodismo en Ecuador están sujetos a un debate por el público”, dijo Francisco Herrera Aráuz, periodista de extensa trayectoria, quien se desempeña como director del periódico digital Ecuadorinmediato.

En declaraciones a Anades, Herrera sostiene que esta situación se da en parte por lo que ha hecho el presidente de la República, Rafael Correa, quien, desde que asumió su mandato en 2007, ha sido un fuerte crítico de la mediocridad y falta de objetividad de ciertos medios y comunicadores.

Otro de los aspectos que han contribuido a aumentar la desconfianza hacia la prensa, de acuerdo a Herrera, es porque el público ha sufrido “experiencias difíciles de asimilar”.

“Los medios de comunicación han sido parte de los tres golpes de estado que se han dado en el Ecuador (contra Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad y Lucio Gutiérrez), y eso es destruir la democracia. Eso ha generado una especie de complicidad censurada y criticada por la gente”, sostuvo.

El consultor en medios Rodrigo Jordán considera que en los actuales momentos el periodismo atraviesa por un proceso de auditoría social. Esto nace a raíz de la incursión de los medios públicos, en un ámbito que era dominado por las empresas privadas, lo que ha generado un clima de confrontación, “al periodismo no le gusta mucho que le observen cómo hace sus prácticas”.

Herrera expresó su preocupación y cuestionó que en los medios de comunicación privados, a nombre de la libertad de expresión, se está “amparando, sojuzgando, anticipando, previniendo y salvaguardando la comisión de verdaderas irregularidades que perjudican el cumplimiento de las leyes en el país”.

Cita que le parece grave que un medio reclame, y se escude en la libertad de expresión, cuando se reclama, por ejemplo, el cumplimiento de los derechos de sus trabajadores.

“Conozco el caso de emisoras en algunas provincias que como se les ocurrió cobrarles el agua, la luz y el teléfono se lanzaron contra las empresas. Y lanzaron una campaña que casi termina en incendio de las empresas porque les querían cobrar”, relató.

“Lamentablemente crecimos con una generación que abusó de ese poder y lo convirtió en una especie de forma de vida. Así han pervivido los medios de comunicación en Ecuador, a mí me parece deplorable”, sentenció Herrera.

Casos

El 17 de diciembre, la Unidad de Gestión del Fideicomiso AGD No Más Impunidad embargó los bienes de la Revista Vanguardia, cuyos directivos adeudaban 14.000 dólares por trece meses de arriendo. Esto fue denunciado como una represión política y atentado a la libertad de expresión por la “linea crítica” del semanario hacia el Gobierno.

En otro caso, la Corporación Aduanera (CAE) denunció que el diario El Comercio habría pretendido evadir el pago de tributos al declarar el ingreso de enciclopedias exentas de impuestos cuando en realidad se trataba de cuadernos. El Comercio pretendió desaduanizar pagando apenas 667 dólares, cuando en realidad debía cancelar 63.000, dijo entonces Xavier Cadenas, gerente encargado de la CAE.

El 17 de noviembre de 2010, Fundamedios, organización que “vigila” supuestas agresiones contra la prensa, publicó una alerta sobre este caso y expuso que “algunos medios en propiedad del Estado” habían emprendido una campaña de desprestigio contra el matutino.

Cabe indicar que ningún diario del país, que normalmente abogan por la transparencia, se hizo eco de la supuesta evasión de impuestos.

Otro caso en el que se quiso esconder la irresponsabilidad personal escudándose en la calidad de periodista, es el de Bernardo Abad, presentador del segmento de la comunidad en Teleamazonas.

Abad fue capturado el 6 de diciembre por el incumplimiento en el pago de una pensión de alimentos. La orden de apremio fue emitida por la jueza novena de la Niñez y Adolescencia de Guayas, Daysi Aveiga, debido a la deuda que asciende a 44.500 dólares.

En el Juzgado Noveno reposa la denuncia hecha por la periodista radial Loly Páramo, quien reclama dicha cantidad para su hijo, de ocho años, que según ella tuvo con Abad.

Finalmente, Abad con ayuda de amigos logró cancelar lo adeudado y recuperó su libertad. Sin embargo, en declaraciones a la prensa denunció que agentes de seguridad del Estado participaron de su traslado de Quito a Guayaquil, lo que le pareció “sospechoso”.

“Perros guardianes del status quo”

La objetividad de los medios está en debate por estos días. La gente sospecha que éstos se han alejado de la gente y se han acomodado junto al poder financiero.

El pasado 7 de diciembre durante una conferencia magistral en Quito, Ignacio Ramonet, connotado periodista, director de Le Monde Diplomatique, expuso que los medios hoy, en algunas circunstancias, no solo han dejado de defender al ciudadano sino que a menudo actúan contra el pueblo.

Eso se ha evidenciado, dijo, en el enfrentamiento que se desarrolla actualmente en algunos países de América Latina, entre ellos Ecuador, Bolivia, Brasil, Argentina y Venezuela.

Particularizó el caso de este último país donde después de que la oposición política fue barrida, los grupos mediáticos locales de prensa, radio y televisión más importantes del país se lanzaron en una guerra contra la legitimidad democrática que representa el gobierno del presidente Hugo Chávez.

“Se piense lo que se piense del presidente Chávez y de su gobierno, hay que constatar que contra ellos los medios, en manos de unos cuantos privilegiados, utilizaron y siguen utilizando toda la artillería, las manipulaciones de las mentiras, de las falsedades, para intentar intoxicar las mentes de los ciudadanos en una guerra ideológica abierta para defender sus privilegios y oponerse a toda reforma social de la riqueza del país”, subrayó.

Agregó que el caso de Venezuela, que no es nuevo, es ejemplar de esta nueva situación internacional en la que unos grupos mediáticos enfurecidos, asumen abiertamente su nueva función de perros guardianes del orden económico establecido y su nuevo estatuto de poder antipopular y anticiudadanos.

“Estos latifundistas mediáticos no se asumen solo como poder mediático sino, sobre todo, como poder ideológico que trata de contener las reivindicaciones populares y que ambiciona apoderarse del poder político”, indicó.