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PRONUNCIAMIENTO
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18-dic-2006 19:06
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Tras condenar muerte de 35 comunicadores sociales en el 2006
CLADEHLT Y FELATRACS EXPRESAN PREOCUPACION
POR LIBERTAD DE EXPRESION EN LA REGION
La Comisión Latinoamericana por los Derechos y Libertades de los Trabajadores y de los Pueblos (CLADEHLT) y la Federación Latinoamericana de Trabajadores de la Comunicación Social (FELATRACS) condenan de manera enérgica los asesinatos de los que fueron víctimas 35 comunicadores sociales en la región durante el 2006 y ven con profunda preocupación las condiciones de seguridad en las que a diario ejercen su labor quienes tienen la misión de informar.
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La CLADEHLT y FELATRACS instan a las autoridades de América Latina-Caribe a investigar los hechos con la celeridad que los casos demandan para que se sancione debidamente a los responsables y se esclarezca el verdadero móvil de los crímenes, exigiendo una actitud más eficaz de los gobiernos que en el práctica no han dado muestras de acción efectiva en el terreno investigativo.
Tal como se precisa con meridiana claridad en la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la CLADEHLT y FELATRACS recuerdan a la opinión pública que “el asesinato, secuestro, intimidación o amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión, siendo DEBER DE LOS ESTADOS PREVENIR E INVESTIGAR ESTOS HECHOS, SANCIONAR A SUS AUTORES Y ASEGURAR A LAS VÍCTIMAS REPARACIÓN ADECUADA”.
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Profunda preocupación causa, de manera particular, lo acontecido durante el año en México y Colombia, que siguen siendo los dos países más riesgosos para el ejercicio de la profesión periodística. México, con 11 asesinados y tres desaparecidos, ha reportado la cifra más oscura para los periodistas en el último decenio. Sólo en el mes de noviembre de este año asesinaron a cuatro comunicadores sociales (Misael Tamayo Hernández, José Manuel Nava, Roberto Marcos García y Adolfo Sánchez Guzmán).
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Para la CLADEHLT y FELATRACS el caso mexicano merece los mayores esfuerzos de denuncia y acompañamiento en la región. A pesar que data de reciente nacimiento la constitución de un Grupo Parlamentario que da seguimiento a los atropellos contra los comunicadores sociales y una Fiscalía Especializada para los Delitos contra Periodistas dependiente de la Procuraduría General de la República, es necesaria una respuesta mucho más efectiva que convoque al movimiento en su conjunto para que los casos denunciados no queden en impunidad.
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En Colombia, con cinco asesinatos en el 2006, los periodistas no dejan de ser blanco de los paramilitares, la guerrilla y el propio gobierno.
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Saludamos la gestión del Comité de Protección para Periodistas auspiciado por el Ministerio del Interior, sin embargo consideramos que el sistema judicial y las medidas de protección vigentes no responden de manera adecuada a las necesidades de los comunicadores.
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Asimismo, en un balance de lo que es el estado de la libertad de expresión en América Latina-Caribe debemos hacer manifiesta nuestra profunda preocupación por el caso del periodista paraguayo Enrique Galeano, quien se encuentra desaparecido desde febrero último. La indignación por lo que hasta la fecha ha sido la respuesta “oficial” del gobierno paraguayo en torno al caso nos obliga a demandar con la mayor firmeza una acción inmediata de las instancias supranacionales clamando por la aparición con vida del comunicador.
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Para la CLADEHLT y FELATRACS la aparente impunidad en la que estarían quedando estos crímenes se convierte en la peor amenaza de cara al 2007. El hecho que no se identifique y castigue a los culpables profundiza y multiplica el mayor número de atentados contra la vida, agresiones físicas, hostigamiento y amenazas contra los comunicadores sociales.
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La CLADEHLT recuerda que en la última década 300 comunicadores sociales han sido asesinados en América Latina-Caribe, sin que a la fecha se haya identificado a los culpables de tales violaciones a la vida ni los reales móviles de los crímenes.
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De México a Chile se cuentan por centenares atropellos, que van desde las querellas hasta los atentados, sin descuidar detenciones, intimidaciones y agresiones físicas. América Latina, en razón a ello, con decenas de muertes cada año, se sitúa a la cabeza de la estadística mundial cuando de medir violaciones a la libertad de expresión se trata.
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La CLADEHLT y FELATRACS que iniciaron este 2006 una CAMPAÑA POR LA LIBERTAD SINDICAL-LIBERTAD DE EXPRESIÓN, recuerda a la ciudadanía en su conjunto que cuando se silencia a un periodista se está atentando no sólo contra el derecho a la vida del comunicador, sino condenando al silencio a una colectividad que tiene derecho a ser informada, por lo que ratifica su compromiso inclaudicable de mantenerse alerta ante actos atentatorios contra el derecho a la vida de los comunicadores, y los trabajadores en general, acciones amenazantes y limitantes a la libertad sindical y la libertad de expresión.
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La libertad sindical y la libertad de expresión están profundamente vinculadas y son las bases fundamentales para establecer una sociedad democrática. El respeto a estas libertades asegura la consolidación de las instituciones democráticas y de las libertades fundamentales al facilitar la participación de los ciudadanos en los procesos de decisión, al constituirse como herramienta para alcanzar una sociedad más tolerante y estable y al dignificar a la persona humana a través del intercambio de ideas, opiniones e información.
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San Antonio de los Altos – Lima, diciembre del 2006
Rodolfo Romero
Presidente CLADEHLT
Roberto Mejía Alarcón
Presidente FELATRACS