Díaz Nosty manifestó su "clara convicción de que hay que separar fuertemente información y publicidad". De lo contrario, dijo, los medios seguirán perdiendo su principal activo: la credibilidad. Asimismo, explicó que la estructura mediática española "está trufada por estos valores de preagenda, que terminan derivando en un producto contaminado. Es una situación manifiestamente mejorable", zanjó.
La periodista Nativel Preciado se mostró partidaria de no confundir el prestigio de un periodista con el de un vendedor de publicidad, si bien reconoció que es "una tarea titánica" tratar de evitar que los periodistas ejerzan de agentes publicitarios. "La última oferta que he desechado es de una marca de coñac. Es mucho dinero lo que te ofrecen, la tentación te llega", confesó.
"Desde el momento en que un director de una cadena de televisión dijo que los contenidos de su cadena son meros soportes para vender publicidad, es muy difícil luchar contra esta tendencia", argumentó Preciado. Como contraposición, habló de Iñaki Gabilondo, quien "se negó en redondo a hacer publicidad personalmente en su programa de radio y separó clarísimamente los espacios publicitarios de sus intervenciones. En el resto de programas similares en que he trabajado, los conductores hacen publicidad de una manera abierta".
La presión de los anunciantes