MILENIO.COM
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Jueves, 15 Mayo, 2008
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Esta noche en el Palacio de Bellas Artes, Felícitas Martínez y Teresa Bautista recibirán post mortem el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de orientación a la comunidad. Son las jóvenes triques, reporteras y locutoras de la radio La voz que rompe el silencio, asesinadas en Oaxaca el 7 de abril.
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Ayer conversé con el director de la estación, Jorge Albino, con la prima de Felícitas, Yanira Martínez, y con el abogado de la Red de Radios Indígenas, David Peña. De las muchas cosas que contaron, me abrumó su lamento por el nulo apoyo de las instancias federales que, supuestamente, tendrían que estarse partiendo el alma con ellos: la subprocuraduría de Derechos Humanos y Atención a Víctimas de la PGR, que encabeza el legendario Juan de Dios Castro, y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Periodistas, dirigida por Octavio Orellana.
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Según Yanira, Albino y Peña, Juan de Dios Castro ha sido incluso sarcástico, hostil: "Nos dicen que Felícitas y Teresa ni siquiera eran periodistas, y que por eso la Fiscalía no puede supervisar la investigación del crimen, que es lo que pedimos, porque no queremos que nuestros hijos tengan este mismo problema".
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México, 2008. Dos funcionarios determinan quién sí y quién no es periodista y, en función de, por lo visto, sus obtusos criterios deciden ayudarlos o no.
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Supongo que esta noche en Bellas Artes habrá butacas reservadas para Juan de Dios Castro y Octavio Orellana. Y que si asisten, aplaudirán cuando Yanira y otros familiares reciban el premio de Felícitas y Teresa, concedido por un jurado de periodistas y académicos a dos mujeres que registraban, procesaban y difundían información. Es decir, a dos mujeres que hacían periodismo.
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Esta noche en el Palacio de Bellas Artes, Felícitas Martínez y Teresa Bautista recibirán post mortem el Premio Nacional de Periodismo en la categoría de orientación a la comunidad. Son las jóvenes triques, reporteras y locutoras de la radio La voz que rompe el silencio, asesinadas en Oaxaca el 7 de abril.
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Ayer conversé con el director de la estación, Jorge Albino, con la prima de Felícitas, Yanira Martínez, y con el abogado de la Red de Radios Indígenas, David Peña. De las muchas cosas que contaron, me abrumó su lamento por el nulo apoyo de las instancias federales que, supuestamente, tendrían que estarse partiendo el alma con ellos: la subprocuraduría de Derechos Humanos y Atención a Víctimas de la PGR, que encabeza el legendario Juan de Dios Castro, y la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos contra Periodistas, dirigida por Octavio Orellana.
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Según Yanira, Albino y Peña, Juan de Dios Castro ha sido incluso sarcástico, hostil: "Nos dicen que Felícitas y Teresa ni siquiera eran periodistas, y que por eso la Fiscalía no puede supervisar la investigación del crimen, que es lo que pedimos, porque no queremos que nuestros hijos tengan este mismo problema".
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México, 2008. Dos funcionarios determinan quién sí y quién no es periodista y, en función de, por lo visto, sus obtusos criterios deciden ayudarlos o no.
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Supongo que esta noche en Bellas Artes habrá butacas reservadas para Juan de Dios Castro y Octavio Orellana. Y que si asisten, aplaudirán cuando Yanira y otros familiares reciban el premio de Felícitas y Teresa, concedido por un jurado de periodistas y académicos a dos mujeres que registraban, procesaban y difundían información. Es decir, a dos mujeres que hacían periodismo.