MARTÍN SERRANO HERRERA.- "No necesitas que te explique, ya sabes de dónde y quien (…) y para hoy. Así que ten cuidado de más, porque la libertad de expresión que defiendes no te salva de la política sucia que practican y que es una ola de corrupción que arrastra todo "… dijo la fuente.
El tono era de premura.
"Y te digo que deberías traer a alguien de apoyo, o mínimo una reglamentaria (arma de fuego) para que intentes algo… porque van a ir directo ", agregó.
Se sugirió calma al tiempo de agradecer la advertencia, que así es como nos tomamos las cosas nosotros, se indicó.
Algún aviso similar en otra ocasión, ha permitido sortear el peligro.
Paradójicamente, ya no da coraje.
Da lástima que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, personalmente, dé órdenes de esa naturaleza.
Y se le vuelve a señalar, firme y categóricamente:
Fidel, así mandes a asesinar a toda mi familia, que por esas cosas de la vida es tu propia familia (Herrera), y a mí, no se dejará de denunciar que eres un criminal.
La aseveración no es ociosidad.
En la Procuraduría General de la República se está integrando la querella A.P. 186/ 2007, después de que a la puerta del domicilio de Martín Serrano Herrera fueron a dejar cinco balas calibre .223, el 28 de agosto.
Míralo y tenlo muy en cuenta, que concertar con los delincuentes no siempre resulta. Te consta, aunque persistas en ese afán absurdo que tienes de proyectarte como el Todopoderoso redivivo.
Quién mas que la propia familia para hablar de lo que eres.
La investidura es algo que sabemos respetar. No se toca. Nos referimos al sujeto.
Quizá alcances a comprenderlo, trimegistro.
No es como tus disparates que hacen gracia barata a los "fans" que con dinero ajeno te procuras igual que a tus lacayos, bola de lambiscones.
Por eso, salvo unos cuantos de la numerosa parentela que somos empezando por la línea materna con 38 hermanos, la mayoría hoy te saca vuelta y pocos se enorgullecen sinceramente de que ocupes tan alta encomienda en nuestro amadísimo Veracruz.
Sí, es que cuando no te habíamos visto actuar, en todo tu esplendor como ahora lo haces, arrellanado en el sillón que te dejó calientito el "astronauta" ese que ordenó que nos desbarataran como entidad periodística, incluso entrando en la madrugada a destruir las instalaciones de Diario TRIBUNA y a robar completo el taller con toda la maquinaria de impresión, en febrero del año 2001, alguien insinuó que te apoyáramos hasta donde topara.
La mayoría apelamos a la serenidad, que al fin y al cabo nos eres ajeno. Se habló de cautela respecto a tí, porque tu sangre también es negra como la nuestra, más nuestra alma se encuentra a salvo.
Los treinta y tantos años que has super-vivido fuera del terruño son para dar difidencia, Fidel.
Y apenas a la mitad del ejercicio, confirmado está.
El asesinato de Martín Serrano Herrera que para este martes nueve de octubre del año 2007 ordenaste, de acuerdo con el aviso del cual acusé recibo y de inmediato puse en marcha mis propias medidas de salvaguarda, es apenas un botoncito de muestra. En Oaxaca ultimaron a tres de El Imparcial, la víspera.
No voy a pecar de candoroso y a "esperar sentado", como coloquialmente se dice.
Es que hasta en tanto me dure voy a continuar acusando por dónde van las ratas, y con mayor razón a los atracadores, corruptos, asesinos, engendros de la antisociedad.
Yo sí tengo palabra, como esa vez te lo mandé a decir por escrito en una cartulina amarilla que para que "te mensajeara" me entregó tu secretario particular Luis Arturo Ugalde Álvarez dentro de la oficina que ocupas en palacio de gobierno, en la capital Jalapa.
De tal aserto, que las fuentes fidedignas que tengo como comunicador y que, ya ves, hasta me salvan la vida quien sabe por cuanto tiempo más, son discretas y universalmente sagradas.
No van a ser reveladas ante nadie, nunca jamás, aunque lleves a cabo cierto propósito que tienes para que diga quiénes son.
Has expresado que si no me matan en un "accidente", me vas a matar de hambre. Pero como no se ha podido de ninguna manera, resulta que te desesperas y ya mandaste a que me ultimen "a como sea".
Estás maniático.
El Poder que ambicionaste y al cual por caminos inconfesables te encaramaste al cabo de los años, te ha trastornado.
En tu esquizofrenia, la entelequia te lleva hasta intentar el homicidio de la familia.
Definitivamente estás mal.
Es que, Fidel, tu no ves la crítica, sino al emisor; y acumulas odio.
Yo te perdono pero no voy a dejar de apostillar… hasta que des motivos en contrario, lo cual, admito, se antoja difícil pues tu loquera es de origen.
No creas que no, yo si atiendo a las advertencias, porque soy tan humano como el que más.
De tus amenazas, ahora las órdenes para que me asesinen, nadamás acuso recibo.
Claro, no hago como tú que me rodeo de pistoleros y matadores asalariados. No, la única pistola de la que dispongo la uso para cuestiones funcionales.
Mi arma contra la que nunca podrías es la verdad, y con ella desde hace años reclamo justicia. Tú, eres la antítesis de eso.
Te lo dije en Noviembre del año pasado, y te lo volví a escribir después de que mandaste a tu espurio Procurador a que "me arreglara" y te contesté que el examen psicológico se lo hicieras a tu gabinete, y te agregaras con un atidoping de orina, sangre, pelo y uñas: acaso, pendejamente, sí vas a esperar a que yo caiga, Fidel?
En este caso esta familia también está de acuerdo… en que eres fielmente al contrario de lo que aparentas y pregonas.
"Y te digo que deberías traer a alguien de apoyo, o mínimo una reglamentaria (arma de fuego) para que intentes algo… porque van a ir directo ", agregó.
Se sugirió calma al tiempo de agradecer la advertencia, que así es como nos tomamos las cosas nosotros, se indicó.
Algún aviso similar en otra ocasión, ha permitido sortear el peligro.
Paradójicamente, ya no da coraje.
Da lástima que el gobernador de Veracruz, Fidel Herrera Beltrán, personalmente, dé órdenes de esa naturaleza.
Y se le vuelve a señalar, firme y categóricamente:
Fidel, así mandes a asesinar a toda mi familia, que por esas cosas de la vida es tu propia familia (Herrera), y a mí, no se dejará de denunciar que eres un criminal.
La aseveración no es ociosidad.
En la Procuraduría General de la República se está integrando la querella A.P. 186/ 2007, después de que a la puerta del domicilio de Martín Serrano Herrera fueron a dejar cinco balas calibre .223, el 28 de agosto.
Míralo y tenlo muy en cuenta, que concertar con los delincuentes no siempre resulta. Te consta, aunque persistas en ese afán absurdo que tienes de proyectarte como el Todopoderoso redivivo.
Quién mas que la propia familia para hablar de lo que eres.
La investidura es algo que sabemos respetar. No se toca. Nos referimos al sujeto.
Quizá alcances a comprenderlo, trimegistro.
No es como tus disparates que hacen gracia barata a los "fans" que con dinero ajeno te procuras igual que a tus lacayos, bola de lambiscones.
Por eso, salvo unos cuantos de la numerosa parentela que somos empezando por la línea materna con 38 hermanos, la mayoría hoy te saca vuelta y pocos se enorgullecen sinceramente de que ocupes tan alta encomienda en nuestro amadísimo Veracruz.
Sí, es que cuando no te habíamos visto actuar, en todo tu esplendor como ahora lo haces, arrellanado en el sillón que te dejó calientito el "astronauta" ese que ordenó que nos desbarataran como entidad periodística, incluso entrando en la madrugada a destruir las instalaciones de Diario TRIBUNA y a robar completo el taller con toda la maquinaria de impresión, en febrero del año 2001, alguien insinuó que te apoyáramos hasta donde topara.
La mayoría apelamos a la serenidad, que al fin y al cabo nos eres ajeno. Se habló de cautela respecto a tí, porque tu sangre también es negra como la nuestra, más nuestra alma se encuentra a salvo.
Los treinta y tantos años que has super-vivido fuera del terruño son para dar difidencia, Fidel.
Y apenas a la mitad del ejercicio, confirmado está.
El asesinato de Martín Serrano Herrera que para este martes nueve de octubre del año 2007 ordenaste, de acuerdo con el aviso del cual acusé recibo y de inmediato puse en marcha mis propias medidas de salvaguarda, es apenas un botoncito de muestra. En Oaxaca ultimaron a tres de El Imparcial, la víspera.
No voy a pecar de candoroso y a "esperar sentado", como coloquialmente se dice.
Es que hasta en tanto me dure voy a continuar acusando por dónde van las ratas, y con mayor razón a los atracadores, corruptos, asesinos, engendros de la antisociedad.
Yo sí tengo palabra, como esa vez te lo mandé a decir por escrito en una cartulina amarilla que para que "te mensajeara" me entregó tu secretario particular Luis Arturo Ugalde Álvarez dentro de la oficina que ocupas en palacio de gobierno, en la capital Jalapa.
De tal aserto, que las fuentes fidedignas que tengo como comunicador y que, ya ves, hasta me salvan la vida quien sabe por cuanto tiempo más, son discretas y universalmente sagradas.
No van a ser reveladas ante nadie, nunca jamás, aunque lleves a cabo cierto propósito que tienes para que diga quiénes son.
Has expresado que si no me matan en un "accidente", me vas a matar de hambre. Pero como no se ha podido de ninguna manera, resulta que te desesperas y ya mandaste a que me ultimen "a como sea".
Estás maniático.
El Poder que ambicionaste y al cual por caminos inconfesables te encaramaste al cabo de los años, te ha trastornado.
En tu esquizofrenia, la entelequia te lleva hasta intentar el homicidio de la familia.
Definitivamente estás mal.
Es que, Fidel, tu no ves la crítica, sino al emisor; y acumulas odio.
Yo te perdono pero no voy a dejar de apostillar… hasta que des motivos en contrario, lo cual, admito, se antoja difícil pues tu loquera es de origen.
No creas que no, yo si atiendo a las advertencias, porque soy tan humano como el que más.
De tus amenazas, ahora las órdenes para que me asesinen, nadamás acuso recibo.
Claro, no hago como tú que me rodeo de pistoleros y matadores asalariados. No, la única pistola de la que dispongo la uso para cuestiones funcionales.
Mi arma contra la que nunca podrías es la verdad, y con ella desde hace años reclamo justicia. Tú, eres la antítesis de eso.
Te lo dije en Noviembre del año pasado, y te lo volví a escribir después de que mandaste a tu espurio Procurador a que "me arreglara" y te contesté que el examen psicológico se lo hicieras a tu gabinete, y te agregaras con un atidoping de orina, sangre, pelo y uñas: acaso, pendejamente, sí vas a esperar a que yo caiga, Fidel?
En este caso esta familia también está de acuerdo… en que eres fielmente al contrario de lo que aparentas y pregonas.